Pasan
el día según lo planeado. Ahora, ambos chicos van de camino a la Torre Eiffel.
Ya es por la noche y hace mucho frío. Endou camina entusiasmado mirando a todas
partes junto a Kazemaru, comentando lo que habían hecho ese día.
-¡Ha sido increíble! ¡Quiero volver
al museo de nuevo! ¿Y Notre Dame? ¡Repetiría mil veces más! Kazemaru, ¡tus
planes son geniales! ¡Me alegra haberte escogido como mi acompañante!
Kazemaru lo mira sonriente. Le
gustaba tanto esa sonrisa de su amo...
-Pues aún queda lo mejor, amo Endou
–comenta el peliazul-. La Torre Eiffel es el sitio más bonito de París. Por eso
es la última visita, para verlo por la noche.
-¡Pues vamos rápido! ¡Quiero llegar
cuanto antes! –Grita Endou entusiasmado mientras agarra la mano de Kazemaru y
echa a correr. El sirviente no puede evitar sonrojarse levemente, pero corre
tras él sonriendo, pues estaba con la persona que más quería en el mundo.
-¡Claro, amo Endou! –Responde en el
mismo tono-. ¡Ya casi llegamos!
Un par de minutos después ya están
bajo la gran torre, mirándola atónitos. Era mucho más bonita así tan de
cerca...
-¿Vamos a subir? –Pregunta Endou
observando cada milímetro.
-Por supuesto. Venga conmigo, amo
Endou –sonríe el peliazul echando a andar hacia la entrada. Su amo lo sigue y
Kazemaru se acerca a una chica. Comienza a hablar con ella en inglés, por lo
que Endou no alcanza a entender la conversación. Luego, el sirviente se vuelve
hacia él-. Vamos. Ya podemos entrar.
-¿Qué le has dicho? –Dice Endou
mientras sigue a Kazemaru por las escaleras para entrar a la Torre Eiffel.
-Es una sorpresa, amo Endou
–responde mientras saca un pañuelo de tela de su bolsillo-. Permítame un
segundo –Kazemaru comienza a vendar los ojos de Endou con el pañuelo.
-¿Ah? ¿Kazemaru? –Pregunta Endou
extrañado.
-Confíe en mí.
Endou asiente levemente y siente la
mano de Kazemaru tomando la suya. No veía nada, pero se dejaba guiar por el
peliazul. El castaño siente que se montan en un ascensor. ¿Dónde iban? Tardaba
demasiado en parar... Un momento después, el ascensor se detiene y Kazemaru
tira suavemente de Endou para que lo siga. Este echa a andar tras su sirviente.
-¿Dónde estamos? –Pregunta curioso
el amo.
-Deme un segundo, amo Endou –pide el
peliazul. Suelta la mano de Endou, quien se queda algo desorientado, y comienza
a quitarle el pañuelo-. Ya puede mirar... –Susurra Kazemaru retirándole el
pañuelo de los ojos. Cuando Endou los abre, se queda asombrado.
-Kazemaru... –Dice Endou
impresionado. Estaban en el último piso, lugar donde, desde hacía unos años, ya
no se podía acceder. Pero allí estaban. El castaño se acerca con la boca
abierta hacia la barandilla para observar mejor el paisaje nocturno. Kazemaru
se pone a su lado.
-¿Le gusta? –Pregunta mirándole.
-Muchísimo... –Susurra Endou. Luego
lo mira-. ¿Cómo has conseguido que podamos subir hasta aquí?
-Ha sido un gasto de dinero que he
hecho bastante a gusto –responde el sirviente. Endou mira al frente de nuevo,
observando París. Un par de segundos después, baja la mirada, aparentemente
triste-. ¿Amo Endou? –Pregunta Kazemaru algo preocupado.
-¿Por qué...? –Dice el castaño en
voz baja.
-¿Ah? –Se extraña el sirviente.
-¿Por qué tiene que pasarme esto...?
-¿A qué se refiere?
Endou mira a Kazemaru, quien se
queda asombrado. Su amo tenía lágrimas en los ojos. El peliazul no puede
articular una palabra. Endou se acerca a él lentamente.
-Kazemaru, yo no puedo más...
–Susurra el amo-. Por mucho que lo intento, no puedo dejar de amarte...
Perdóname, Kazemaru... –El sirviente nota cómo sus ojos se van llenando de
lágrimas también-. Nunca te dije nada, simplemente intenté que nuestra relación
se enfriara... No sabes cuánto he sufrido... Cuando me enteré de que iba a
tener que casarme con alguien concertado, el mundo se me vino encima... Yo
quería estar contigo para siempre, y sabía que eso no iba a poder ser... –Endou
abraza a Kazemaru suavemente. El peliazul se queda unos segundos sin
reaccionar, pero después lo abraza también-. Te amo, Kazemaru... –Le dice al
oído tristemente. El peliazul no puede evitar comenzar a llorar.
-Amo Endou, yo también lo amo...
muchísimo... No sabe lo mal que lo he pasado estos años... No podía seguir a su
lado y no poder tocarle...
Endou se separa un poco de él y pone
un dedo en sus labios.
-No digas nada más...
Tras decir esto, lo besa dulcemente.
Kazemaru corresponde al beso sin pensarlo dos veces. Había estado esperando ese
momento durante mucho tiempo, pero Endou también... El beso comienza suave,
pero va adquiriendo más y más pasión con el paso de los segundos. Tras un rato,
ambos se separan respirando fuertemente, bastante sonrojados.
-Kazemaru, quiero pedirte algo...
–Comienza Endou.
-Dígame, amo Endou...
-Quiero que volvamos a estar como
cuando teníamos quince años. Quiero que actuemos como una pareja normal hasta
nuestro regreso a casa... Por favor... Quiero este viaje como recuerdo de
nosotros... Olvida el “amo Endou” y las formalidades mientras estemos de viaje.
Quiero ser tu novio, no tu amo... ¿Qué me dices?
Kazemaru no alcanza a decir nada
más. Simplemente asiente levemente. Endou sonríe y besa de nuevo al peliazul.
Cuando se separan de nuevo, Kazemaru sonríe feliz, aunque con suaves lágrimas
adornando su rostro.
-Te amo, Endou...
Muy bien. Ya tenia ganas de seguir leyendo. Muac
ResponderEliminar