miércoles, 27 de noviembre de 2013

Boku no Ouji-sama (Endou x Kazemaru) Capítulo 5

ATENCIÓN: Contiene Lemon. Sin más, disfruten del capítulo.


Kazemaru toca la puerta de la habitación de Yamazaki.
            -Adelante –ordena el invitado. Kazemaru abre la puerta de la habitación y entra en ella.
            -¿Me llamaba, Yamazaki-san? –Pregunta educadamente el sirviente.
            -Sí. Te necesito para que me ayudes a ordenar unos papeles que tengo aquí –dice sacando un maletín repleto de documentos-. Nos llevará menos tiempo si trabajamos eficientemente. Y según me ha contado Endou, eres muy bueno haciendo las tareas que te mandan, ¿no? –Comenta Yamazaki. Kazemaru asiente levemente.
            -Entonces empezaré a ordenarlos con usted.
            Kazemaru toma un taco de papeles y empieza a leerlos por encima para saber dónde iba cada uno al tiempo que se sienta en el suelo. Yamazaki hace lo mismo con otro taco.

            Endou empieza a dar vueltas en la cama. Estaba aburrido... ¿Qué hacía Kazemaru que tardaba tanto? Dijo que llegaría cuanto antes... Sabía perfectamente que Kazemaru se exigía muchísimo a sí mismo en el trabajo, pero lo echaba de menos.

            Yamazaki se levanta de la cama de la habitación, donde estaba sentado, y se dirige a la puerta. Echa el pestillo y vuelve a su sitio. Kazemaru no se da cuenta de lo que había hecho pues estaba concentrado en terminar cuanto antes para volver con Endou.
            -Kazemaru, ya es suficiente –sonríe levemente Yamazaki-. Puedes dejar los papeles ahí encima de la mesa.
            -Sí, Yamazaki-san –responde el sirviente mientras se levanta del suelo y se dirige a la mesa. Cuando deja los papeles, Yamazaki se levanta de un salto de la cama y se acerca rápidamente a él. Agarra a Kazemaru de los brazos, haciendo que lo mirara y lo besa. El sirviente intenta resistirse, pero Yamazaki tiene mucha más fuerza que él.
            -Buen trabajo, Kazemaru –susurra cuando se separa. Luego agarra sus muñecas y hace que las suba para poder agarrarlas con una sola mano. Con la otra, le agarra el mentón haciendo que lo mirara. Kazemaru está muy asustado-. ¿Sabes cuál es mi recompensa para los niños buenos?
            Yamazaki lame la mejilla del peliazul con un rostro lujurioso mientras el chico cierra los ojos fuertemente, deseando que todo fuera una pesadilla. Yamazaki tira de Kazemaru hasta la cama, tirándolo a ella. Kazemaru cae boca abajo en la cama, intentando escapar, pero Yamazaki lo apresa para que no pueda hacer nada. Le quita de un tirón la cola, dejando su pelo suelto. Comienza a estirar la goma del pelo, jugueteando con ella.
            -Es bastante elástica, ¿eh, Kazemaru?
            Dice al tiempo que agarra de nuevo sus manos uniendo sus muñecas sobre su cabeza, atándolas al poste de la cama con la goma del pelo. Kazemaru está indefenso. Yamazaki se levanta un segundo para coger un trozo de tela de un cajón y vuelve a la cama, amordazando a Kazemaru para que no pudiera gritar. Yamazaki comienza a quitarle la ropa al indefenso peliazul. Le abre la chaqueta y la camisa en un abrir y cerrar de ojos, comenzando a lamer su pecho. Kazemaru arquea la espalda suplicando que lo soltara, pero Yamazaki no le presta atención. Tras esto, le desabrocha los pantalones, quitándoselos junto a su ropa interior. El hombre agarra el miembro de Kazemaru empezando a frotarlo con fuerza. El chico intenta gritar, pero no se le oye.
            -Grita lo que quieras, estúpido criado. Nadie va a oírte –Yamazaki le da un mordisco en el pecho-. Vamos, grita.
            Kazemaru comienza a llorar del terror que siente. El hombre se levanta y se desabrocha los pantalones, quitándoselos de golpe, dejando al descubierto su miembro erecto. Abre de golpe las piernas de Kazemaru, introduciendo rápidamente su miembro dentro de él. El sirviente intenta gritar, pero es inútil.
            -Sigue gritando. No sabes lo que me excitan tus gritos, Kazemaru...
            Susurra lujuriosamente mientras comienza a moverse adelante y atrás rápidamente. Las lágrimas brotan en grandes cantidades de los ojos del peliazul. Yamazaki clava sus uñas en el torso de Kazemaru, haciéndole aún más daño. Kazemaru acaba dándose por vencido, dejando que el mayor hiciera con él lo que quisiera, pues no iba a conseguir nada por mucho que luchara. Al poco tiempo, Yamazaki llega al clímax dentro de Kazemaru. Saca su miembro sin cuidado alguno y lame el cuello del sirviente, jadeando junto a él.
            -Ni una palabra de esto a nadie, ¿eh? –Amenaza Yamazaki-. Si dices algo, sabes que podré hacer que no te crean y la próxima vez será peor... –Kazemaru cierra los ojos aún llorando-. Mañana no te ataré ni te amordazaré, así que espero que te comportes como un buen criado, Kazemaru –dice mientras le quita le mordaza y le desata las muñecas, devolviéndole su goma del pelo.

            Endou está en su habitación solo, aburrido y esperando a Kazemaru. Lleva casi una hora allí. Alguien llama a la puerta.
            -Amo Endou, soy yo... –Dice Kazemaru al otro lado de la puerta con un tono de voz bastante decaído.
            -Pasa, Kazemaru –ordena Endou. El sirviente abre la puerta con la mirada sombría y la cierra tras de sí. Se baja un poco las mangas de la chaqueta, tapando sus muñecas heridas por su goma del pelo. Endou lo observa atentamente mientras se sienta en la cama-. ¿Te ocurre algo?
            -No es nada, Endou...
            -¿Seguro? Sabes que no me gusta que me mientan...
            En la cabeza de Kazemaru resuenan las últimas palabras de Yamazaki, así que decide mentir.

            -Sí, seguro.

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